En 2025 el Fiat 600 está cumpliendo nada más y nada menos que 65 años de historia en Argentina. Si bien previamente el 600 ya había ingresado en bajas series al país, en 1959, al sancionarse el régimen de promoción para la industria automotriz, Fiat consolidó también su arribo a la industria nacional.
Ese mismo año, Fiat presentó a las autoridades nacionales su plan para la producción de automotores, donde el pequeño 600 estaba destinado a cumplir un rol protagónico. De acuerdo al proyecto presentado, se había previsto producir durante 1960 2.900 automóviles Fiat 600, cifra que debía incrementarse progresivamente hasta alcanzar las 7.500 unidades en 1964. Por su parte, el porcentaje de fabricación nacional de componentes aumentaría paulatinamente desde el 55% en 1960 hasta el 90% en 1964.

Para lograrlo, la compañía sumó un nuevo establecimiento industrial en la localidad de Caseros, provincia de Buenos Aires, destinado a las tareas de montaje, chapistería y acabado. El 8 de abril de 1960, un 600 color gris claro se convertía en el primer Fiat de producción nacional, y ponía primera a una historia industrial que se extendería por más de 20 años.
El Fiat 600 y su historia en Argentina
Los primeros ejemplares nacionales se denominaban simplemente 600, sin ninguna letra que los identificara. Se fabricaban con carrocerías desarmadas importadas de Italia. Este conjunto de nueve piezas fue nacionalizado a partir de 1963, cuando entró en operación la nueva sección de estampados. Por su parte, el grupo motor, transmisión y demás elementos mecánicos era producido en el complejo industrial de Córdoba.

En 1962 llegaron los primeros cambios con la presentación de la versión “D”. La principal modificación fue la introducción de un nuevo motor de 767 cc que incrementó su potencia a 32 hp. El exterior permanecía prácticamente inalterado. La carrocería todavía presentaba las puertas de apertura contraviento –popularmente llamadas “suicidas”-, es decir, articuladas en el parante central. El único cambio visible y funcional fue la incorporación de ventilete que remplazó a la ventanilla enteriza.
En agosto de 1964 se presentó una evolución de la versión “D” que introdujo mejoras en la mecánica y cambios en el exterior y habitáculo. Si bien la cilindrada se mantuvo inalterada, el motor incorporó innovaciones como el circuito sellado de refrigeración, filtro de aceite a doble estadio (un filtro seco y otro en baño de aceite), nuevo carburador y ventilación de cárter modificada con reingreso de vapores de aceite.
Las evoluciones del Fitito en nuestro país

Cambios más significativos llegaron en abril de 1965 con el lanzamiento del 600 “E”. Exteriormente, la modificación más notable fue el remplazo de las puertas de apertura “suicida” por las más convencionales abisagradas en el primer pilar. La estética se mantuvo sin cambios hasta fines de 1966, cuando se remplazaron las ópticas delanteras por unas de mayor diámetro, se modificaron las llantas por unas ventiladas y el panel frontal, donde fue rediseñado el escudo “Fiat” y se simplificaron las ornamentaciones con dos “bigotes” centrales en lugar de los seis de las primeras generaciones.
Durante los años 60, las cifras de producción del Fiat 600 progresaron en función de una demanda sostenida. Las poco más de 4.700 unidades de 1961 casi se triplicaron hacia 1966 cuando se superaron las 13.600. Al año siguiente, con 17.817 ejemplares comercializados, el Fiat 600 se posicionó primero en ventas del mercado argentino impulsando, al mismo tiempo, las ventas totales de Fiat que por primera vez alcanzó, como marca, el liderazgo en producción y ventas del país.

En noviembre de 1970, el 600 “E” dejó su lugar a su sucesor, el 600 “R”. El motor mantuvo su cilindrada, pero incrementó la compresión a 7,8:1, lo que obligó a utilizar nafta súper. Los cambios más significativos se evidenciaron en el exterior y el habitáculo. En el frontal se remplazó el escudo y bigotes por una nueva ornamentación frontal cromada, a modo de grilla, que introducía el nuevo logo de “Fiat” en forma de paralelogramo. El exterior fue simplificado con la eliminación de ornamentaciones, solo se mantuvo en el lateral la bagueta que protegía el zócalo. En la tapa del motor se remplazó la insignia que identificaba la marca y el modelo. Las llantas fueron rediseñadas, se eliminaron las tazas cromadas y en su lugar se colocaron unos conos plásticos centrales.
Durante la década de 1970, el Fiat 600 fue el auto más vendido de su categoría y durante algunos años el de mayor venta en el país. En 1976 alcanzó el record de 250.000 unidades fabricadas y vendidas, que lo convirtieron en el modelo de mayor producción hasta ese momento de la industria automotriz argentina.
La despedida del Fiat 600

Con casi 7 años de producción, la versión “R” fue la más longeva del 600. En julio de 1977 cedió su lugar al 600 “S”. La principal novedad que introdujo esta serie fue el motor 100 R7.038, derivado del Fiat 133, modelo lanzado al mercado ese mismo año. La nueva planta motriz, de 843 cc, tenía la particularidad del giro del cigüeñal en sentido contrario a las agujas del reloj.
Exteriormente, el nuevo 600 se diferenciaba por los nuevos paragolpes de sección “U” con uñas de goma y sin defensas. Fueron eliminadas todas las ornamentaciones cromadas y el escudo frontal modificó su color por negro con dos filetes cromados centrales flanqueando el logo “Fiat”.

El cese de la fabricación no significó el fin de su historia en el país. Al contrario. El estrecho vínculo afectivo de la “Bolita” con la sociedad argentina se mantiene plenamente vigente, es un símbolo de la movilidad social ascendente y de un sólido proceso de industrialización que tuvo al sector automotor y a la propia Fiat como protagonistas.