Desde que el controvertido motor 1.2 PureTech salió al mercado en modelos de la marca Peugeot, Citroen y DS; diversos problemas han aparecido de manera paulatina (ver nota). En Brasil el grupo Stellantis planea reemplazarlo en aquellos modelos que aún lo equipan con el conocido motor 1.3 Firefly de origen Fiat.
El bloque, conocido en diversos modelos de la ex PSA en formato de tres cilindros y 1.2 litros, tiene variantes de aspiración natural (1.2 de 90 CV) o turbo (1.2 con 110 y hasta 130 CV). Incluso se llegó a montar en los Peugeot 208 de producción nacional.

El principal inconveniente de este motor radica en la correa en baño de aceite, que sufre desgaste de manera anticipada, con la consiguiente suciedad en el sistema de lubricación. Este defecto lo hizo especialmente resistido inicialmente en Europa, donde diversos modelos lo continúan equipando.
El motor 1.2 PureTech vetado de Sudamérica
Pero en Sudamérica la realidad es otra. El grupo reemplazará paulatinamente al 1.2 Puretech por el 1.3 Firefly, ampliamente conocido por ejemplo en el Fiat Cronos. Específicamente se hará efectivo en las variantes 1.2 aspirada de 90 CV, que monta por ejemplo los Citroen C3 y C3 Aircross.

También se especula con que en Brasil al menos se introduzca el motor Firefly en las versiones intermedias del Peugeot 208 producido en Argentina. Es que en el país vecino dejó de ofrecerse el 1.6 EC5 debido a la exigente norma medioambiental Proconve. La gama iniciaría por el 1.0 de origen Fiat (aspirado), continuaría con el 1.3 Firefly, y tendría como tope de gama al 1.0 Turbo 200.
Es decir, las tres motorizaciones del Peugeot 208 estarán equipadas en la región por motores originarios de la marca italiana. Lo mismo sucederá con la oferta del Citroen C3. Esta decisión no pasa simplemente por los conocidos inconvenientes del impulsor: el motor Firefly es completamente fabricado en Brasil, mientras que el PureTech llegaba importado desde Europa.